Tenía miedo de que, al llegar a la casa, su concubino se enfureciera todavía más y la golpiza no tuviera fin. Además, sabía que el hombre cargaba un arma de fuego y que eso podría poner en peligro su vida. Entonces tomó valor, se bajó del colectivo en el que viajaban juntos y corrió hacia un móvil de la Policía para suplicar ayuda.
La víctima es una joven de 23 años, quien convive con su novio en una casa de Los Nogales. Allí se dirigían el martes a la tarde, cuando abordaron a un colectivo de la Línea 101. Poco después de subir al ómnibus y de ubicarse en los asientos de atrás, la pareja comenzó a discutir.
Según contó más tarde la joven en su declaración policial, su novio comenzó a golpearla y a amenazarla mientras viajaban en el colectivo. Cuando llegaron a la intersección de avenida Siria y Delfín Gallo, en el acceso Norte a la ciudad, la víctima divisó a un patrullero que estaba estacionado en esa esquina. Sin dudarlo, se paró, tocó el timbre y bajó del ómnibus.
Un cabezazo
Pero el agresor no se quedó atrás y descendió también. Entonces la joven corrió hacia los policías y les avisó que estaba siendo víctima de las agresiones de su pareja, quien llevaba un arma de fuego. Los uniformados bajaron del patrullero y se acercaron al hombre, que estaba enfurecido y le dio un cabezazo a uno de los policías.
Los otros dos uniformados reaccionaron rápidamente y redujeron al agresor. Luego lo requisaron y encontraron el arma que llevaba entre su ropa: un revólver calibre 22, que quedó secuestrado.
El hombre, que tiene 25 años, fue llevado a la seccional 5ª, ubicada en Ildefonso de las Muñecas 1.658, donde quedó aprehendido por lesiones, portación de arma de fuego y amenazas de muerte. En la comisaría, la víctima ratificó que estaba siendo agredida y calificó a su pareja como “un hombre violento”.
El procedimiento estuvo dirigido por el comisario Cándido Galván y el jefe de Zona, comisario Martín Galván. La causa por violencia de género quedó radicada en la fiscalía de Feria, a cargo de Guillermo Herrera.
En Mar del Plata
En la costa argentina, dos hechos de violencia de género conmovieron a los veraneantes. Uno de los casos ocurrió el lunes a la noche en un bar, a donde habían concurrido por separado una mujer y su ex pareja.
En cuanto vio llegar a su ex novia, Guillermo Tóttaro, de 44 años, se acercó a ella y comenzaron a discutir por celos. Según relataron los testigos, minutos después empezó a golpearla. En ese momento, otro hombre que estaba en el local y que vio la pelea, decidió interceder en defensa de la víctima. Esa persona (que escapó del lugar y todavía no fue identificada) sacó un arma y mató a Tóttaro de un tiro.
El fiscal de la causa, Fernando Berlingeri, contó que la mujer tenía heridas leves por la agresión de su ex marido. También habría confesado que ya había sido golpeada en otras ocasiones por la víctima del homicidio.
Por otra parte, el miércoles fue apresado Cristian “Pilo” Pilotti, de 25 años, quien tenía pedido de detención por la salvaje golpiza que le propinó a su novia Victoria Montenegro. El hecho sucedió el fin de semana en la puerta de una discoteca de Mar del Plata, donde el joven desfiguró a golpes a Montenegro y la dejó inconsciente.
El juez de Garantías Juan Tapia lo imputó de femicidio en grado de tentativa, un delito que contempla una pena de entre 10 y 15 años de prisión. Según argumentó el magistrado, “la agresión física ejecutada por el imputado generó un peligro inminente de lesión al bien jurídico vida” de Montenegro. Y destacó que Pilotti supera en fuerza y contextura física a su víctima. “Pilotti fue consciente del peligro inminente que su acción generó a su ex pareja”, concluyó el juez.
“Él me decía que yo estaba bailando como una ‘trola’ y que me iba a matar”, contó la víctima en diálogo con el canal de cable Todo Noticias. “Para sacarme de donde estaba toda la gente, me agarró del cuello y me llevó a la rastra para el lado del estacionamiento, donde me pegó”, añadió.